“Confiamos en Dios, el resto debe traer datos.” --William Edwards Deming
Mientras que querer sugiere un pedido, importar implica una preocupación. Parecería una simple elección de palabras, pero cuando se refiere a la demanda por datos, es relevante.
Es relevante porque, tal y como con la producción de cualquier bien o servicio, el valor de los datos depende de su uso, y éste de los usuarios. De ahí la relevancia de que las Oficinas Nacionales de Estadística (ONE) tengan políticas de difusión de datos que permitan un amplio acceso a las bases de datos, para así ampliar el grupo de usuarios de datos a entidades de la sociedad, civil, los medios de comunicación y la academia, más allá de la demanda tradicional proveniente de las instituciones de gobierno.
En el campo de la migración, las metas referidas a la migración de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y el Pacto Mundial sobre Migración (PMM) han incrementado la demanda de datos sobre la migración, subrayando la necesidad de la comunidad estadística internacional, incluyendo las ONE, de mejorar la producción, el acceso y uso de datos sobre la migración. Cambios en las tendencias migratorias muestran que ahora todos los continentes tienen olas significativas de migrantes atravesándolos, haciendo que el tema sea aún más relevante.
Las ONE y los usuarios de datos
La necesidad que tienen las ONE de promover el uso de los datos que producen, para crear un grupo extenso de usuarios de datos es una de las principales conclusiones de un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) . El studio muestra que la existencia de lazos entre las ONE y usuarios de datos más allá del gobierno es importante para desarrollar capacidad estadística a largo plazo. Estos usuarios serán los que protestarán cuando una estadística no se publique a tiempo, los que se quejarán cuando una encuesta no reciba recursos, y los que reclamarán cuando se interrumpa una serie de datos histórica.
Es responsabilidad de las ONE incentivar el desarrollo de una masa crítica de usuarios que defiendan a las oficinas de estadística y que le den valor a los datos utilizándolos. Naturalmente, un prerrequisito para que esto suceda es la existencia de un flujo constante de datos que satisfaga sus necesidades.
La demanda por datos también está impulsada por fuerzas externas, tales como el debate público. Tal y como sucede con el caso de la migración – un tema que ha estado en el centro de la agenda pública en años recientes estimulado por la migración a países desarrollados, y entre países en desarrollo. La necesidad de cuantificar las cifras proviene de usuarios fuera y dentro del gobierno. Dado que la migración es un tema transversal que cruza diversas áreas de política pública, dentro del gobierno hay demanda de los ministerios y de las ONE para compartir más datos y para armonizarlos. Esto es parte para informar el discurso público sobre como están manejando la migración, incluyendo el aprovechamiento de sus beneficios y el abordaje de sus desafíos. Fuera del gobierno, usuarios tales como periodistas, sociedad civil y academia demandan estadísticas oficiales sobre migración basadas en registros administrativos, encuestas de hogares y censos, por nombrar algunas fuentes, para explicar y entender la magnitud e impacto de la migración, sus tendencias, las características socio demográficas de los migrantes, y hasta para tratar de predecir patrones de migración futuros.
Retos y oportunidades para las ONE
El reto para la ONE es responder a este aumento en la demanda de una manera oportuna y con datos de calidad para que las estadísticas que produce informen el debate público. El estudio del BID muestra que, en este tipo de casos, las alianzas estratégicas con la academia, investigadores y organizaciones multilaterales son importantes para mantenerse al día en los avances técnicos y metodológicos, puesto que la alineación a estándares internacionales puede servir como una barrera de protección ante la crítica.
La existencia de múltiples fuentes de datos sobre migración presenta otro reto para la ONE, dado que tiene la responsabilidad de coordinar y regular a los otros productores de datos dentro del Sistema Estadístico Nacional (SEN) y de integrar datos de diversas fuentes oficiales (por ejemplo, información de fronteras y aeropuertos, solicitudes de asilo, etc.). Otro desafío para la ONE viene de la conmoción que las fuentes alternativas (no oficiales) de datos han generado, fuentes de datos que a los ojos de los usuarios pueden reemplazar a los datos oficiales.
El estudio del BID explica cómo las ONE necesitan transformar estas disrupciones en oportunidades: convirtiendo el aumento en la demanda en más recursos para la recolección de datos, cambiando la percepción de las fuentes de datos alternativas de sustitutos a complementos de las estadísticas oficiales, y encauzando el aumento en interés en la producción de datos oficiales hacia cambios en sus marcos regulatorios que les faciliten la coordinación del SEN y la interacción con productores de datos no oficiales.
Lo que las ONE quieren son usuarios a quienes les importen los temas detrás de los datos: usuarios más allá de las instituciones de gobierno, usuarios que también pueden ser productores de datos, y usuarios que estén dispuestos a estar junto a la ONE en los buenos y en los malos tiempos.