El concepto de Blockchain permite crear una base de datos descentralizada de transacciones financieras y no financieras verificables.
Desde los últimos años de los 2000s, Blockchain se ha venido afianzando como una de las tecnologías de mayor impacto en el mercado mundial de las transacciones digitalizadas. Lanzado inicialmente en 2008 para apoyar la creación y el comercio de los bitcoins y otras criptomonedas durante la crisis financiera, el concepto se ha extendido gradualmente a varios otros sectores e industrias.
En términos generales, Blockchain consiste en una plataforma informática, conocida como tecnología de contabilidad distribuida (DLT, por sus siglas en inglés), que permite transmitir y verificar prácticamente cualquier documento digitalizado, ya sea una moneda o cualquier otro activo no monetario.
Una de sus principales cualidades es que cada registro contable creado en la cadena de bloques es indeleble, y su autenticidad puede ser verificada por todas las personas autorizadas a usar la plataforma, no solo por una autoridad central. El sistema tiene, pues, la virtud de aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en cada etapa de cualquier transacción digitalizada.
Se prevé que al menos 36 sectores importantes sacarán provecho de Blockchain.
Según un informe reciente publicado por CB Insights, hay actualmente por lo menos 36 sectores importantes que podrían sacar partido del uso de la tecnología de Blockchain: desde los procedimientos de voto, la seguridad de la infraestructura crítica, la educación y atención de la salud, hasta el arrendamiento de automóviles, los pronósticos, los bienes inmuebles, la gestión energética, los registros gubernamentales y públicos, los testamentos y herencias, la gobernanza de empresas y la financiación colectiva.
En el sector de la ayuda internacional, se están realizando varios experimentos de distribución de fondos de ayuda mediante el uso de Blockchain, para mejorar la trazabilidad de los modos en que se desembolsa la asistencia. A título de ejemplo, Start Network, una red compuesta por 42 organismos de ayuda de cinco continentes, desde grandes organizaciones internacionales hasta ONGs nacionales, ha puesto en marcha un proyecto basado en Blockchain que permite a la organización acelerar la distribución de los fondos de ayuda y facilitar el seguimiento de cada uno de los pagos, desde el donante hasta la persona que recibe la asistencia.
Como señaló Katherine Purvis del diario The Guardian, “los entusiastas del concepto de Blockchain tienen la esperanza de que sea el próximo gran factor de cambio en el desarrollo. Por el hecho de que permite un registro transparente, instantáneo e indiscutible de las transacciones, esta tecnología ofrece la posibilidad fascinante de eliminar la corrupción y garantizar la transparencia y la rendición de cuentas.”
Sin embargo, en el ámbito de la migración internacional y los asuntos de los refugiados, la tecnología de la cadena de bloques aún está en ciernes.
Uno de los pocos ejemplos notables es el lanzamiento por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, en mayo de 2017, de un proyecto en el campamento de refugiados de Azraq en Jordania que, empleando la tecnología de Blockchain, permite la creación de cuentas virtuales para los refugiados y carga en ellas de las sumas que tienen derecho a gastar mensualmente en el supermercado del campamento mediante el uso de un código de autorización. Según los informes, el programa ha contribuido a reducir en un 98% los gastos bancarios relacionados con el uso de un proveedor de servicios financieros.
El 30% de la ayuda extranjera no llega a los destinatarios. La tecnología Blockchain puede ayudar a mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.
Este sería un logro notable, si se tiene en cuenta que las organizaciones que trabajan en el socorro internacional pueden perder hasta el 3,5% de cada transacción de ayuda en concepto de tarifas y costos varios, y que, según las estimaciones, el 30% del total de fondos para el desarrollo no llega a los destinatarios previstos debido a la mala gestión o a robos por terceros.
Al menos otros seis organismos de las Naciones Unidas, a saber, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ONU Mujeres, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (GNUD), están estudiando la posibilidad de utilizar aplicaciones de Blockchain que podrían respaldar la asistencia internacional, en particular las herramientas de gestión de la cadena de suministro, la autocomprobación de los pagos, la gestión de la identidad y el almacenamiento de datos.
Por lo tanto, el potencial de esta tecnología en los asuntos relacionados con la migración y el asilo debería explorarse a fondo.
A nivel de la Unión Europea (UE), aunque el Parlamento Europeo ha establecido un equipo de tareas encargado de estudiar la tecnología de Blockchan y evaluar las formas en que podría utilizarse para proporcionar identidades digitales a los refugiados, y si bien la Comisión Europea ha lanzado recientemente una convocatoria de propuestas de proyectos para examinar el potencial de esta tecnología en una variedad de sectores, hasta la fecha se ha prestado poca atención al ámbito de la asistencia de la UE en materia de migración y asilo, tanto dentro de la propia UE como en terceros países con los que la UE ha negociado acuerdos de asociación para la migración.
Y sin embargo, el uso de Blockchain en varias de las principales intervenciones programáticas relacionadas con la migración y el asilo podría ayudar a mejorar no solo la relación costo-eficiencia sino también el grado de transparencia y la rendición de cuentas, lo que sería igual de importante, si no más, en una época en que la calidad y las normas éticas de esas intervenciones están siendo objeto de un escrutinio más riguroso por los medios de comunicación y las organizaciones de la sociedad civil.
En Europa, por ejemplo, el concepto de Blockchain podría ayudar a administrar el Fondo de Asilo, Migración e Integración (AMIF, por sus siglas en inglés) de la UE, en lo que respecta tanto a la transferencia de fondos de la Comisión Europea a las ONGs de los Estados miembros que reúnen los requisitos, como a la labor de los directores de proyectos que deben informar sobre los gastos. Esto contribuiría a mitigar muchos de los problemas con que tropiezan constantemente las ONGs para gestionar los fondos de conformidad con la estricta reglamentación de la UE.
Otro aspecto igualmente importante es que el Blockchain podría aumentar la transparencia y la rendición de cuentas en la canalización y el gasto de los fondos de la UE en terceros países, especialmente en el ámbito del Marco de Asociación y de otros planes recientes para prevenir la migración irregular a Europa.
Un ejemplo concreto es la administración de la ayuda de la UE en respuesta a la emergencia de los refugiados en Grecia, donde, al parecer, sigue habiendo una supervisión insuficiente del abanico completo de compromisos y resultados de las grandes inversiones financiadas por la UE, especialmente en el sector de la vivienda. Otro ejemplo es el conjunto de intervenciones programáticas recientes en Libia, donde está saliendo a la luz un número cada vez mayor de incidentes de violación de los derechos humanos y de mala gestión financiera.
El uso de la tecnología de Blockchain en esos casos ayudaría a documentar y a poner a disposición de todos los usuarios autorizados de la plataforma cada una de las transacciones financieras y su destinatario directo, así como toda actividad no monetaria importante realizada durante la ejecución de esos programas.
La tecnología de Blockchain puede rastrear prácticamente toda actividad no financiera importante en cualquier ciclo dado de la política de migración y asilo.
En efecto, el potencial de Blockchain no se limita a la administración de fondos. También abarca la creación de registros digitalizados indelebles y verificables de casi cualquier actividad no financiera importante realizada en un determinado ciclo de proyectos. Así pues, la tecnología puede ayudar a rastrear todas las etapas de las principales intervenciones de la política de migración y asilo e informar al respecto. Esto incluye, por ejemplo:
- Los procedimientos de asilo, desde las entrevistas iniciales hasta las decisiones finales y los procedimientos de apelación, además de las actividades relacionadas con la recopilación de datos biométricos y la administración de grandes bases de datos como la European Asylum Dactyloscopy (Eurodac), el Sistema de Información de Schengen (SIS II) y el Sistema de Información de Visados (VIS);
- Los programas de integración de migrantes;
- Las remesas (en lo que respecta tanto a reducir notablemente los costos de transacción como a facilitar una identificación más exacta de los remitentes y destinatarios de esas corrientes);
- Las condiciones de detención;
- Los migrantes desaparecidos, particularmente los niños; y
- Todo el ciclo de la política de retorno, desde el país de acogida hasta el país al que se regresa.
Sin ser una panacea, la tecnología de Blockchain podría aportar importantes mejoras en la relación costo-eficiencia, la transparencia y la rendición de cuentas de los futuros programas de migración y asilo.
Sin embargo, a sabiendas de que los sistemas de recopilación de datos actuales no son más que una de las varias condiciones necesarias para la correcta formulación y aplicación de las políticas, Blockchain u otras formas de tecnología financiera emergentes, que se suman al creciente uso de la inteligencia artificial (IA) para predecir los flujos migratorios futuros, no deberían considerarse una panacea. En particular, han de tenerse en cuenta los importantes costos de inversión iniciales que entraña el establecimiento de una plataforma basada en el concepto Blockchain.
Aun así, cabe esperar que a mediano y largo plazo esta tecnología tan novedosa y adaptativa reporte algunos beneficios fascinantes en lo que respecta a la relación costo-eficiencia, la transparencia y la rendición de cuentas en la administración de los programas relacionados con la migración y los refugiados.
En consecuencia, esta tecnología merece ser apoyada con la puesta en marcha de proyectos piloto bien concebidos, y también, posiblemente, con su inclusión en una de las rondas de negociación sobre los dos pactos mundiales de las Naciones Unidas, el Pacto Mundial para la Migración y el Pacto Mundial sobre los Refugiados, que tendrán lugar de febrero a julio de 2018.
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